Finca Azafran

Nuestra Finca

Enclavados en las majestuosas laderas de la Serranía de Peñas Blancas, en el pintoresco municipio de Timaná, Huila, nuestra finca se encuentra a una altitud impresionante que oscila entre los 1620 y 1720 metros sobre el nivel del mar. Desde el pie de la finca hasta su cabecera, nuestros suelos abarcan desde la riqueza de lo franco arcilloso hasta la ligereza de lo franco arenoso, brindando un refugio para una fauna diversa y manteniendo un valioso tesoro de flora autóctona, entre la que destaca el majestuoso Roble Blanco (Quercus humboldtii). 

En el corazón de nuestro legado, honramos una tradición milenaria: el cultivo del Azafrán, que ha trascendido culturas y generaciones. En nuestra finca, preservamos esta herencia con cuidado y respeto. 

Somos la segunda generación de productores, y llevamos la innovación a nuestras tierras, fusionando nuevas técnicas y tecnologías con un profundo respeto por nuestras raíces tradicionales. 

Hemos transformado nuestro sistema productivo, abandonando las variedades convencionales en favor de aquellas más resistentes a plagas y enfermedades, capaces de adaptarse a climas menos cálidos. Aunque su desarrollo es más pausado, estas variedades despliegan una gama de aromas y sabores que otorgan carácter y singularidad a cada taza de nuestro café.

 

 

La Historia de Nuestros Varietales

Dentro de la finca El Azafrán se han plantado 7 varietales de los cuales el Caturra, Castillo, Borbón Rosado, Tabi y Caturrón están en producción, y dos nuevas variedades han sido sembradas las cuales son Borbón Rayado y Moka que aportarían en un futuro perfiles exóticos.

La tradición cafetera corre por nuestras venas. Durante generaciones, nuestra familia ha sido orgullosa productora de café corriente en el hermoso departamento del Huila. Cada año, en mis visitas a la finca, una idea comenzó a germinar en mi mente: ¿podríamos contribuir de una manera más significativa a nuestra tierra y a la comunidad que nos rodea, a través de nuestro amado grano de café? 

Observando el panorama actual de la comunidad caficultora, noté una tendencia que me inquietó. Muchos de los productores locales habían perdido interés en la producción de café de alta calidad. Algunos luchaban con la falta de recursos, otros se habían desanimado y algunos preferían el enfoque en la producción masiva debido a sus extensas propiedades. La norma era simple: después de la cosecha, se dirigían a la cooperativa local un domingo cualquiera para vender su café al precio del mercado. 

Sin embargo, yo tenía una visión que no podía abandonar. Me aferré a la idea de que, a través de un método bioquímico riguroso, podríamos estandarizar un café con un puntaje por taza excepcional. Mi sueño cobró vida en una conversación casual con mi ahora socio, Eduar Hernan Rodríguez. Él compartía su lucha por buscar financiamiento para su proyecto de vida: exportar su café y escapar del ciclo tradicional de ventas a intermediarios que beneficiaban a terceros en el extranjero. 

Aquella idea me cautivó profundamente. Tenía unos ahorros de mi beca estudiantil destinados para inversiones a largo plazo, y Eduar poseía conocimientos fundamentales en biología vegetal y estudios técnicos agrícolas. Fue entonces cuando decidimos unir fuerzas y tomar un riesgo juntos. Invertí todos mis ahorros en esta emocionante empresa y utilizamos esos recursos para adquirir los equipos necesarios, herramientas que nos permitirían exprimir cada propiedad sensorial oculta en nuestros granos de café. 

Nuestro enfoque se centró en la fermentación controlada del grano, una técnica que prometía llevar a nuestro café a un nivel completamente nuevo. Y así, con el corazón latiendo de emoción, comenzó nuestra apasionante aventura en el mundo del café. Hoy, te invitamos a unirte a nosotros en este viaje, a explorar la historia que está tomando forma en cada taza de café y a disfrutar de la excepcionalidad que hemos logrado infundir en nuestros granos. ¡Bienvenidos a nuestra apasionante historia cafetera!

La Renovación

Luego de renovar gran parte de nuestra finca con variedades nacionales (Caturra, Castillo) y algunos varietales (Borbón Rosado, Tabi, Borbón Rayado y Moka) empezamos a llevar a cabo procesos de fermentación controlada para mejorar el puntaje por taza y dotar a nuestro café aromas y sabores únicos. Empezamos por modular horas de fermentación al café despulpado, luego lavamos totalmente el grano hasta retirar todo el mucílago, secamos y sin ninguna maduración lo llevábamos a catación y seguíamos sin obtener buenos resultados, de esta manera aumentando y quitando horas de fermentación gastamos más de dos años sin ir más allá de lo normal.

Durante estos dos años de arduo trabajo y aprendizaje chocamos con un productor que se dedicaba a realizar fermentaciones espontáneas en el café, conocimiento que había adquirido en la escuela del café (Sena Pitalito – Huila), donde empezó a darnos tips y protocolos de trabajo muy interesantes, empezamos por hacer una buena recolección manual, posteriormente balseo, luego empezamos a empacar las drupas en bolsas plásticas trasparentes hasta completar 50 horas de fermentación, despulpamos y empacamos nuevamente en las bolsas y prolongamos la fermentación hasta 80 horas las cuales en su totalidad eran 130 horas de fermentación, ya no hacíamos un completo lavado por el contrario hacíamos un semi lavado y secábamos en camillas africanas, después de obtener una humedad no superior al 12%, almacenamos el café por 10 días, por último lo llevamos al mercado donde su valor era un poco mayor por taza al tradicional o corriente.

Perseverancia

Pasados los días descubrimos que las fermentaciones espontaneas no generaban un equilibrio constante en la taza, donde había baches de café muy equilibrados en taza y otros baches de café con el mismo proceso muy desequilibrados.

Llegamos a la conclusión que necesitábamos ayuda profesional, puesto que cada día queríamos mejorar aún más nuestra calidad, que nuestro puntaje en taza superara los 85-86 puntos obtenidos hasta el momento. Por medio de amigos e información en internet nos pusimos a la tarea de buscar ese apoyo que nos llenara de confianza y más conocimientos. Desde hace un año encontramos una persona que ha dedicado gran parte de su vida al estudio del café compartiendo con nosotros su conocimiento y la importancia de la inocuidad en el producto.

Magia

Luego de tres años de empeño y dedicación hemos logrado desarrollar el proceso de fermentación controlada con creces, aplicando la biotecnología y bioingeniería, estabilizando temperatura interna y conociendo con anterioridad la importancia de los microorganismos al momento de la fermentación, los cuales son los principales moduladores de aromas y sabores en el grano de café.

Este procedimento ha permitido que nuestro café traspase fronteras y derrumbe barreras que jamás habíamos percibido. Pues hemos mejorado nuestra taza a un rango entre 87 a 90 puntos con un valor agregado: la inocuidad, que genera en el consumidor confianza al tomarlo, delicadeza y permite sentir aromas y sabores correctamente definidos.

La dedicación y disciplina como productores ha llenado nuestras vidas de momentos en su mayoría felices, cada vez más aferrados a nuestro terroir, con la plena convicción de que el campo y el café han sido, son y serán la mayor fuente económica de nuestro país.

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¡CON PROCESOS MEJORADOS PENSANDO EN TI Y EN TU FINO PALADAR!

Nuestro objetivo con la fermentación controlada es producir un café libre de toxinas que generan malestar al consumirlas, dotar cada grano con las características y notas deseadas, estandarizar un producto de excelencia y ofrecer un café de calidad, para así llevar a tu boca un café completamente INOCUO y de ESPECIALIDAD.